viernes, 4 de marzo de 2016

Aspirar lo imposible

"Es buscando lo imposible que el hombre siempre ha realizado lo posible. Aquéllos que se han limitado sabiamente a lo que les parecía posible nunca han avanzado un solo paso". Mijail Bakunin ( Rusia, 1814-1876)

El martes12 de febrero de 2013 en el periódico Reforma apareció una nota titulada: INSTRUYE YO YO MA: SEAN IMAGINATIVOS. Luego anota que aspirar a lograr lo imposible es el reto que Yo Yo Ma, el aclamado violonchelista, lanzó a los jóvenes músicos que  colmaron la clase magistral que ofreció en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.  Lo imposible está vinculado con la imaginación y si según estudios neurocientíficos, el ser humano descarta la mayor parte de los estímulos sensoriales que recibe, utilizando sólo una pequeña parte de la información que recibe y su mente se encarga de construir el resto significa que lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que pensamos que vemos y lo que pensamos es lo que vemos ,así  habrá que explorar otros modelos de pensamiento, abrirse a lo nuevo y comenzar a pensar en lo imposible y es precisamente la imaginación lo que permite hacerlo. Y la imaginación está estrechamente relacionada con el arte, Lev Vygotski, sicólogo ruso, fundador de la sicología histórico-cultural, define la actividad, en cuanto a la imaginación, como Creadora, es decir que el cerebro es capaz de  reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas formas y planteamientos. Esta le permite ser un hombre proyectado hacia el futuro y poder modificar su presente.  Cuando los antiguos egipcios diseñaron las pirámides o los aztecas diseñaron Teotihuacán partieron de la idea de crear algo nuevo, basados en su experiencia y conocimientos desarrollados en el tiempo. El arte, al manifestar creativamente los entramados culturales de su tiempo, es capaz de provocar cambios, nos permite visualizar de antemano sentidos culturales no existentes y nos da las herramientas para generar estos cambios, darle nuevos enfoques a nuestra realidad hiper-saturada de imágenes. Marc Augé con su teoría, a principios de los noventa, sobre los espacios del anonimato de la ciudad (No Lugar) trajo al arte lo urbano como uno de los temas recurrentes, trascendiendo fronteras y se haría parte del discurso de los artistas y comentaristas de la cultura contemporánea. Por otro lado  los esposos Hilla (1934) y Bernard Becher, (1931-2007) considerados los padres de la fotografía contemporánea ganaron fama por salvar de la destrucción edificios industriales que no habían sido , hasta entonces, considerados patrimonio cultural. ¿Qué lleva a estos personajes a crear algo más allá de lo posible en su momento? Por lo pronto podemos afirmar que lo imposible será el único antídoto eficaz contra el olvido. Y el arte estará ahí para modificar nuestro presente.

Armando García Orso






Arte, memoria y ciudad

Yo, como tú, he intentado con todas mis fuerzas de combatir el olvido. Como tú, he olvidado.
Como tú, he querido tener una memoria inconsolable, una memoria de sombras y de piedra. He luchado todos los días, con todas mis fuerzas, contra el horror de no comprender del todo el por qué del recordar. Como tú, he olvidado. ¿Por qué negar la evidente necesidad de la memoria?
Extracto del film
Hiroshima Mon Amour (1959) de Alain Resnais, sobre textos de Marguerite Duras.                                                                                                                                                          

Intentar hilvanar los fragmentos de nuestra memoria parece una tarea difícil pero no tanto si el hilo utilizado es el arte. Sobretodo si hablamos de la memoria colectiva, aquella que en la frontera se disuelve en un mar de sueños que se mueven de ida y vuelta. Inasibles, cambiantes, impredecibles.  Para comenzar a pensar la problemática de la memoria colectiva es necesario elaborar una definición que incluya las diversas interpretaciones del pasado, partiendo de la premisa de que no existe una única memoria o visión de la historia, sino múltiples relatos. Cuando nos reunimos con otras personas se narran viejas acciones que se transforman en recuerdos. Es posible que las imágenes evocadas reproduzcan inexactamente lo pasado y en todo caso los testimonios de otros nos ayudan a reconstruir nuestros recuerdos. De una u otra forma se mezcla lo que podría llamar memoria histórica, que supone la reconstrucción de los datos proporcionados por el presente de la vida social y proyectada sobre el pasado reinventado,  la memoria colectiva que es la que recompone mágicamente el pasado y cuyos recuerdos se remiten a la experiencia de una comunidad puede heredar a una persona o grupo de personas  y la memoria individual que en ocasiones se enfrenta a la memoria colectiva y en ocasiones niega a  las otras memorias. Pero entonces encontramos al arte como una manera de encontrarnos con el mundo y transformarlo, o al menos entenderlo, o al menos recordarlo. Carlos Alonso afirma que “el arte tendría que reflejar los acontecimientos de su tiempo y de su propio lugar, enraizado profundamente con las preocupaciones, con los dolores, los logros y los ideales de su propia comunidad. Si el arte participa de la producción de realidad, entonces, es historia, y memoria de su tiempo”. En manos de los artistas, dice Rodrigo Alonso en su artículo, La necesidad de la memoria, todo registro, imagen, sonido o palabra accede a un universo de significaciones que supera el nivel de la evidencia. Es en ese nivel, justamente, donde podemos esperar una redistribución de lo sensible que transforme las formas de percibir, escuchar y ver. Si existe alguna posibilidad de arrojar nueva luz sobre ciertos acontecimientos relevantes, si pudiéramos pensar en nuevas lecturas y miradas en relación a situaciones, hechos o personajes engarzados en la historia o la memoria, quizás no debiéramos esperarlas tanto de una revisión más exhaustiva de los registros existentes como de nuevas configuraciones estéticas, nuevos usos de las realidades existentes, nuevas transformaciones del espectro sensorial. El arte contemporáneo ha emprendido hace largo tiempo esa tarea. La confluencia de las imágenes y las palabras del pasado, los recuerdos recuperados, los acontecimientos evocados, los sonidos conjeturados, los hechos sabidos, los horrores intuidos, las heridas no cicatrizadas, las vidas perdidas, la ignorancia infranqueable, con la voluntad de cultivar formas que neutralicen la repetición anodina, las historias oficiales y el avance del olvido, encuentra en la producción artística actual un ámbito de pura potencialidad.
Tal vez la memoria misma es menos histórica que estética. Tal vez en la ciudad está la memoria. Y en la estética de la frontera está la historia.

Armando García Orso







Acupuntura urbana

Sabemos que el planeamiento es un proceso. Por bueno que sea, no consigue transformaciones inmediatas. Casi siempre es una chispa que inicia una acción y la consecuente propagación de esa acción. Es lo que llamo buena acupuntura. Una verdadera acupuntura” Jaime Lerner ,el experto en “construir ciudades para las personas”, tres veces alcalde de Curitiba, dos veces gobernador de Paraná.
 ¿A qué se le llama “acupuntura urbana”?, Jaime Lerner, el experto en construir ciudades para las personas, puede considerarse el iniciador del término, al decir de  sí mismo: “Lo que yo domino es la acupuntura urbana”. Como la suma de agujas y puntadas que una acupuntura aplica a puntos neurálgicos del cuerpo humano, la acción sobre un área urbana, ya muy usada por la ciudad en diferentes formas y momentos, ha de reconocer que se trabaja sobre un organismo complejo y nervioso, en que la intervención de cirugía mayor sería irracional. La Intervención sobre la ciudad con piezas medianas o pequeñas más o menos puntuales y autónomas que se incrustan en un tejido de soporte más amplio, la suma de ellas, produce una acción de transformación del conjunto del área propuesta. Así como la acupuntura mejora la salud y recobra el bienestar al insertar agujas finas en puntos específicos del cuerpo, la recuperación y la transformación de los espacios públicos de las ciudades debe ser igual: "a pequeñas escalas", pequeños "pinchazos" que con el tiempo logran convertir una ciudad en un espacio diferente. Lerner afirma de manera contundente que “es posible mejorar una ciudad en menos de tres años. No importa su escala ni las condiciones financieras. Siempre se puede construir una buena estrategia y una buena ecuación de corresponsabilidad. No comparto esa visión que plantea la tragedia de la ciudad. Si se proyecta la tragedia, se va a encontrar. Pero si se invierte la energía en cambiar tendencias pueden realizarse cambios. No debemos dejarnos manipular por lo negativo”. Raúl Díaz, académico del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) y doctor en Urbanismo, quien colaboró en el diseño de las dos nuevas maestrías en el ITESO de Guadalajara, Jalisco, una en Ciudad y Espacio Público Sustentable, y la otra en Proyectos y Edificación Sustentables nos da unos ejemplos (en la revista Magis) que sí han logrado transformarse ,tan bien que no se les ven "las costuras, no se ven sus problemas”:
Canal de Cheonggyecheon, Seúl, Corea.
El proyecto (2003-2006) consistió en la recuperación de un antiguo río que en aquel momento era una autopista por la que pasaban más de 160 mil automóviles diariamente, para convertirlo en un parque con una extensión de 400 hectáreas a lo largo de casi ocho kilómetros de largo y con 80 metros de ancho. Para los académicos, la clave del éxito de este proyecto fue el proceso de diálogo y negociación con la gente. Además, se trata de un modelo de "recuperación histórica, emocional, de un espacio", asegura Díaz.
Curitiba Sur de Brasil.
Curitiba es un modelo y ejemplo de reestructuración urbana que comenzó en los años setenta, fundada en elementos como espacios verdes, un eficiente sistema de transporte (se cuadriplicaron los usuarios), cuidado del medio ambiente y ordenamiento territorial, sumado a la solución de sus problemas más graves como el tratamiento de aguas. "La visión de Jaime Lerner (quien fue tres veces alcalde) fue diseñar con la naturaleza", comenta Díaz, y tomar la participación ciudadana como una "herramienta de transformación".
Escuelas en África, República de Guinea, Costa de Marfil, Liberia y Sierra Leona, África.
El despacho estadunidense Partners for Architecture comenzó el proyecto en 2009, tras una petición del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de construir escuelas que se conviertan en espacios seguros y de desarrollo en países azotados por la pobreza y la guerra. Crearon estructuras entre los árboles, hechas de materiales de la zona, con techos equipados de paneles solares, entre otros elementos. Es un proyecto mucho "más honesto, que (...) aspira a presumir menos y responder más en términos de sustentabilidad", opina Óscar Castro, doctor en Diseño Ambiental.
Modelo Medellín, Colombia.
Una de las ciudades más violentas de Latinoamérica logró convertirse en un modelo de ciudad orientada a la integración social y a la recuperación de espacios públicos, cuencas y zonas de riesgo ambiental. El eslogan Medellín la más educada y una estrategia denominada Urbanismo social fueron dos ejes de las acciones. "No podemos pensar en transformar la ciudad de una manera si en la educación no promovemos ese cambio de visión, que es uno de los elementos que han sido indispensables en casos de ciudades como Curitiba, Medellín, Porto Alegre", indica Raúl Díaz.
Andador Coronilla⁄ Plaza Rambla Cataluña (Andador Escorza)
Guadalajara, Jalisco
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En los últimos diez años, Guadalajara también ha experimentado acciones de transformación, como ejemplo está el Andador Coronilla y la Plaza Rambla Cataluña (Andador Escorza) que se recuperaron como espacios de interacción social. "Son pequeñas obras que van generando pequeños cambios y que espero que en el futuro, cuando tengamos una masa crítica (de profesionistas), más capacidad institucional y voluntad política, puedan construir una ciudad diferente", considera Díaz.
Tony Puig, diseñador urbano catalán, comenta que "una ciudad que no puedes caminar, que no atiende sus calles, propicia violencia. Esas no son ciudades, sino campamentos para el consumo". Por lo visto es necesario intervenir con urgencia, para revitalizar una ciudad que aún vive con esperanza, con pequeñas acciones que nos lleven a grandes trasformaciones.

Armando García Orso


Las Ciudades y la Cultura





“La ciudad se concibe tanto como un lugar para vivir, como un espacio imaginado. Y las representaciones simbólicas o imaginarios urbanos permiten entender cómo el ciudadano percibe y usa la ciudad y cómo elaboran de manera colectiva ciertas maneras de entender la ciudad subjetiva, la ciudad imaginada, que termina guiando con más fuerza los usos y los afectos que la ciudad “real”. Néstor García Canclini.

Se trata de entender la ciudad, además de otras estrategias como la  económica, la ciudadana o la turística,  también como una estrategia cultural. Pero asumiendo que “lo cultural” va más allá de lo que se diseña en las oficinas o dependencias específicamente culturales, que es indispensable “culturizar” los planes estratégicos y las visiones de futuro de la ciudad, y, además, conocer su dinámica cultural real para interactuar con ella. Lo cultural, en las ciudades contemporáneas, requieren entonces de una comprensión articulada entre: las políticas culturales y el marketing de la ciudad: la vocación económica.  Las políticas culturales y la equidad: la vocación democrática.  Las políticas culturales y los servicios y la oferta artística y del espectáculo: la vocación lúdica y del entretenimiento.  Las políticas culturales y las anomalías sociales, el racismo, la xenofobia, la violencia, la exclusión, etc.: la vocación civilizatoria.  Las políticas culturales, la ciudad y la organización local: la vocación ciudadana. Pudiéramos definir a las ciudades que han asumido la cultura como herramienta de desarrollo a partir de distintas vertientes. Una sería aquellas ciudades que están utilizando  la Agenda 21 de la Cultura en sus políticas urbanas, iniciativa que marca una forma de hacer ciudad con resultados a la vista. Otra vertiente sería la política de sus institutos de cultura como el Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) que se ha consolidado como un referente de un nuevo modelo de gestión que incorpora, a la producción de servicios culturales, una nueva función: la de catalizar y liderar el conjunto amplio de agentes que configuran el sector de la cultura. Es decir hacer del Instituto de Cultura de Barcelona una organización relacional. En los últimos doce años, la ciudad de Bogotá ha sido reconocida internacionalmente por sus transformaciones tanto físicas como humanas. Se ha reforzado la dinámica cultural como parte fundamental del desarrollo humano integral y la calidad de vida de sus habitantes. “Bogotá ha encontrado en la cultura la mejor manera de construir convivencia y el mejor antídoto contra la solución violenta de los conflictos. Esta percepción de la cultura como eje estructurante de la vida social se expresa en los logros alcanzados en lo que respecta al mayor acatamiento de las normas básicas de convivencia, al mejoramiento de la seguridad y al orgullo que hoy sienten numerosas personas por su ciudad”. Estos textos pertenecen al documento Políticas Culturales Distritales (2004-2016) de la Alcaldía de Bogotá. Medellín, Colombia decide dejar, en el período 2004 –2007,  el manejo de la ciudad a un Movimiento Cívico Independiente (Compromiso Ciudadano), integrado por académicos y  líderes de organizaciones comunitarias. La comunidad eligió la continuidad de este proyecto para 2008 –2011. En la década de los 90 Medellín fue considerada como la ciudad “más violenta de América Latina”, asociada a violencia, cárteles de la mafia y con los sicarios que hacen pensar en una ciudad caótica, de alta peligrosidad y en estado permanente de guerra. Sin embargo, en los últimos años esto ha cambiado y la situación social y de orden público en las ciudades colombianas de Medellín y Bogotá, ha mejorado considerablemente.  A mediados del año 2001, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha el Plan Estratégico de Cultura “Buenos Aires Crea” con el objetivo de generar un ámbito de formulación de políticas estables y definidas para el largo plazo en materia de cultura. La visión de la ciudad deseada es la de un Buenos Aires que sea: “centro de creación, producción y difusión de la vida cultural de Latinoamérica y del mundo de habla hispana”. El plan estratégico de cultura de Montreal, titulado Montreal, metrópolis cultural, abarca un periodo de diez años entre 2005 y 2015. Su punto de partida es una ciudad en la que la cultura ya está presente, en gran medida, en la identidad, la historia, la memoria y la cohesión social de sus habitantes; una ciudad en la que la cultura ya se considera motor esencial de desarrollo y dinamismo económico; una ciudad que apuesta por mantener y reforzar este modelo, y que abre su plan estratégico de cultura afirmando que “la cultura está en el centro del porvenir de Montreal”.
El Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano comenta que la cultura puede influir en diferentes aspectos del desarrollo local: reforzando la identidad y la cohesión social, contribuyendo a la integración de las minorías y los desfavorecidos, mejorando la calidad de vida, generando empleo y contribuyendo a posicionar la ciudad de cara al exterior. Pero los ayuntamientos tienen una limitada capacidad de actuación en los diferentes ámbitos de la cultura. Por un lado, su incidencia es menor en los sectores culturalmente más relevantes como la industria cultural y mayor en los sectores menos rentables como las artes tradicionales y los servicios socioculturales. El ámbito de intervención cultural propiamente municipal es la difusión, pero se tienen que buscar fórmulas para intervenir en las fases del proceso cultural más desatendidas: la creación y la producción. La dimensión territorial de la cultura se explicita también desde la dinámica económica asociada al término de distrito cultural. Término bajo el cual se desarrollan proyectos urbanos en una zona de la ciudad en la que los espacios dedicados al arte y la cultura constituyen el principal atractivo. A últimas fechas en la ciudad de Tijuana, Baja California, hay iniciativas para reactivar los pasajes de la antigua Av. Revolución con proyectos culturales, iniciativas que apuntan precisamente a constituir un distrito de las artes. El caso del barrio de Temple Bar en Dublín es uno de los paradigmas que han servido de modelo en la creación del concepto de Distrito Cultural. Partiendo de fondos estructurales se ha convertido en todo un clásico de referencia de revitalización de centros urbanos y creación de empleo en el sector cultural. Otros ejemplos significativos son el Cultural Industries Quarter de Sheffield, San Telmo enBuenos Aires o el Raval en Barcelona.     “Desde el campo de la cultura, afirmamos la imperiosa necesidad de elevar de manera sustantiva la contribución de las políticas culturales a la generación de condiciones de mayor integración social”. Declaración de la VII Conferencia Iberoamericana de Cultura (Cochabamba, Bolivia, octubre 2003).
Armando García Orso