lunes, 22 de octubre de 2012

Cultura Visual

“En el corazón de esta videocultura siempre hay una pantalla, pero no hay forzosamente una mirada”. Jean Baudrillard Siempre se discute sobre lo que vemos. Parece un debate sin fin y cada uno parece tener, o quiere, tener la razón. Cuando vamos al cine tenemos puntos de vista distintos respecto a la película que vimos. Si vamos a una exposición de arte a unos nos parecerá excelente y a otros no tanto. Nicholas Mirzoeff, coordinador del programa de cultura visual de la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York, define al mundo contemporáneo como un mundo hipervisual en el que “el significado de ser ciudadano en el siglo XXI requerirá de una alfabetización visual que será tan fundamental como la lectura, la matemática y la ciencia”. En su libro “Introducción a la cultura visual” pone el ejemplo de la palabra COME la que más adelante en otro contexto visual: COME ON! Cambia su significado, muestra un cuadro de fondo azul con nubes, lo que nos remite al cielo, en otro cuadro en blanco sólo dice la palabra CIEL (cielo en francés), un mismo significado con dos distintas formas visuales. Escribe AE0I23, ¿qué vemos? ¿Dos vocales y cuatro números? o ¿Cuatro vocales y dos números? El autor indica que de la misma forma en que los estudios culturales han tratado de comprender de qué manera los individuos buscan el sentido del consumo de la cultura de masa, la cultura visual da prioridad a la experiencia cotidiana de lo visual. La imágenes aparecen de manera aleatoria e incesante y una sustituye a la otra antes incluso de que desaparezca la anterior. Actualmente el espectáculo deslumbra a los ciudadanos, donde estos asumen un rol pasivo dentro de la cultura del consumo, no hay crítica ni análisis, solo la necesidad de adquirir, sean productos tangibles o espectáculo. En la sociedad actual, se nos convence con la imagen más que con el objeto. Ante un cambio hacia la cultura visual, sin preparación alguna, nos convertimos en analfabetas visuales y es grave porque se modifica nuestra concepción del arte, cambia nuestra percepción del tiempo y el espacio. Mayra Díaz Ordoñez en su artículo “Acerca de la Cultura Visual y la virtualidad de la imagen” comenta que “a partir del surgimiento de la fotografía, se confiere a un instrumento la posibilidad de conferir movilidad a las “formas” que con anterioridad se arrebataban a la realidad”, el espacio- tiempo adquiría una nueva dimensión. El cine reprodujo la realidad y el espacio- tiempo creaba y recreaba nuevas realidades, por lo cual la narrativa visual que había representado el tiempo cronológicamente se vio alterado al manifestar el tiempo de otra forma. Una nueva representación icónica surge. La imagen fija, el relato icónico y la imagen secuencial desarrollaron una forma narrativa diferente en donde el arte, la ciencia y la técnica se confundían. Podemos afirmar que todo ver es entonces el resultado de una construcción cultural y por lo tanto siempre un hacer complejo, híbrido. Miles de imágenes de todo tipo pasan ante nuestros ojos cada día: televisión, publicidad, Internet, prensa… Todas ellas contribuyen a nuestra cultura, nos pueden volver más sensibles o por el contrario confundir nuestro sentido estético. Si hay discusión… ¿todos sabemos ver?

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